Buscar información de seguros

Teclado

Nos encontramos en un momento en el que las redes sociales y los nuevos sistemas de comunicación tienen un auge, y un poder de influencia, que muy pocos de nosotros podríamos haber previsto 5 ó 10 años atrás. Tomemos como ejemplo el reciente conflicto de la semana pasada con los controladores aéreos y cómo el blog de uno de sus integrantes ha sido noticia nacional de primera plana.

Quien no ha buscado el nombre de un producto, servicio, persona, o problema del cual queramos saber algo en los buscadores de Internet. Cada vez resulta una práctica más habitual en nuestra vida y nos proporciona una forma de hacernos una primera idea de qué es lo que estamos tratando, resultando una poderosa herramienta para separar, entre valiosa o desechable, la exagerada cantidad de información y publicidad que recibimos a diario.

El factor más destacable y diferenciador con los anteriores sistemas de comunicación es que somos nosotros los que tomamos decisiones con respecto a qué deseamos saber, el cómo y el cuándo recibimos la información. Somos un elemento activo en el proceso, pero avanza tan rápido que no es posible aprender gradualmente y tenemos que ser autodidactas. Vamos incorporando gradualmente y haciendo propios estos nuevos sistemas (yo incluido y con más retraso del que había previsto inicialmente), porque pensamos que es lo correcto y que resulta útil tanto para nosotros como para los lectores y contactos.

Pero con estas nuevas formas de comunicación también surgen nuevos problemas que no teníamos antes, y cada uno de nosotros se enfrenta a ellos de forma distinta. Con respecto a los seguros, y sabiendo que en Internet hay muy pocos filtros y cualquiera puede escribir algo y hacerlo pasar por verdad,  podemos encontrarnos con las siguientes situaciones a la hora de buscar información de seguros:

1.- Información sesgada, por parte de “supuestos profesionales de seguros” que actúan con intereses concretos. Puede parecer razonable destacar las virtudes del producto o servicio que trabajamos, pero maquillar en exceso u ocultar información importante sobre el mismo se aproxima demasiado a la mentira o manipulación interesada.

2.- Poca o nula transparencia por parte de algunas webs o blogs, que sabiendo del desconocimiento general sobre seguros de los usuarios, nos representan o nos hacen ver que son un tipo de página o servicio distinto del que son en realidad.

3.- Un exceso de información que nos puede llevar a confusión o a no saber separar lo correcto de lo incorrecto. La oferta es tan amplia, y no hablo sólo de seguros sino de cualquier otro producto o servicio, que seleccionar y decidirnos nos puede llevar a dos situaciones extremas; O bien que nos cueste tomar una decisión demorándola en exceso en el tiempo, o bien que simplemente elijamos la primera oferta que veamos o que nos resulte más sencilla de llegar a ella, sin detenernos a estudiar si realmente es la que más nos conviene.

4.- Y en mi opinión la peor de todas aquellos a los que denomino los aventureros, que siendo personajes de reconocida influencia en determinados temas o foros, se lanzan a dar su personal visión de otro tema, del cual son profundos desconocedores y simplemente pueden dar su experiencia particular y puntual. El problema radica que dada su estupenda imagen en ese foro, el resto de lectores, dan por buena todas sus recomendaciones.

¿Qué podemos hacer para reducir los efectos de las anteriores circunstancias?

1.- Hacer una lectura crítica del contenido de la información, tratando de determinar el fondo de la misma. Y sobre todo nunca quedarnos con lo primero que leamos, por más que coincida con lo que pensamos.

2.– Observar la antigüedad de la información para establecer si todavía puede estar en vigor, o si bien hace demasiado tiempo que se publicó y es muy posible que tanto las circunstancias como las normas aplicables hayan sufrido modificaciones significativas, por lo que la información habrá quedado obsoleta.

3.– Si existen comentarios a una noticia procurar en la medida de lo posible, en ocasiones esto es imposible por el alcance de las contestaciones, leer todas las respuestas. Suele ocurrir que la primera respuesta parece resolver nuestra duda, pero a medida que la conversación avanza es muy posible que encontremos una solución mejor y con mayor criterio. O al menos confirmación que la primera respuesta es válida.

4.– No olvidar que son sistemas de comunicación globales, esto es, intentar determinar el país de origen de la publicación, tanto por la extensión del dominio como con alguna herramienta gratuita para los navegadores. No tiene nada que ver con la nacionalidad del autor de la noticia, pero es evidente que las circunstancias varían con cada país, aún tratando el mismo asunto.

5.– Más que buscar la propia información, esforzarnos en localizar una fuente de información creíble y veraz, actualizada e imparcial. Buscar en páginas, foros y blogs específicos sobre la materia en cuestión, y una vez encontrado aquello que buscamos contrastar la fuente con otras de su entorno. Procurar conocer quién o quiénes son los autores de la información, podemos leer los avisos legales para hacernos una idea.

En definitiva si por nuestra cuenta vamos a buscar información de seguros por Internet usar el sentido común, y si encontramos o conocemos a un asesor profesional de nuestra confianza dejarle ese trabajo para él.

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