Para hablar de seguros el mejor momento… ¡ayer!

No le das la importancia necesaria a los seguros, si no cómo me explicas que muy habitualmente pospongas esas gestiones que tienes pendientes con tus seguros. Te dices que estás muy ocupado con muchas tareas y todas muy importantes, pero eso no es más que una simple excusa por qué lo que sucede en realidad es que te parece un enorme aburrimiento todo lo que tiene que ver con seguros, aunque se traten de los tuyos, y prefieres dedicar tu tiempo a otras cosas más “productivas”.

Me gustaría recordarte que una póliza de seguros no es más que un acuerdo entre dos partes, por el que cada parte acepta unos compromisos. Lo bueno de esta situación es que tienes constancia por escrito por lo que si te preocupa algo en concreto, o si tienes alguna duda el mejor momento para aclararlo es justo sobre la marcha, y no dejarlo para mañana. Por que habitualmente ese mañana se convierte en pasado mañana, y pasado mañana en el día siguiente…

… hasta que tienes un siniestro grave (te lo parece aunque en realidad en la mayoría de casos no es tanto, pero claro como ahora te ocurre a ti) y entonces las cosas intranscendentes que te “robaban” tu tiempo pasan a un segundo plano y el seguro disfruta de toda tu atención. Es entonces cuando “mágicamente” encuentras el tiempo necesario para ir personalmente a dónde haga falta y que te puedan oír bien claro. Lástima que en la mayoría de ocasiones ya sea demasiado tarde, es como no limpiar tu casa y que se te presente una visita sin avisar, y digas “esto es algo excepcional, yo siempre tengo mi casa recogida”. Demasiado tarde, no cuela.

Demasiado tarde porque si no has hecho tus deberes (que tienes tus obligaciones como tomador), y no has aclarado y confirmado todo aquello que consideres necesario, la responsabilidad es tuya y a toro pasado el que tiene más que perder eres tú, y no la otra parte del contrato que se limpiará las manos y te deseará más suerte para el futuro. Porque la otra parte sí que se toma todo el tiempo que necesita para aclarar sus propias dudas. Es más, te dan un contrato  (la póliza de seguros) que ellos han redactado bajo su criterio y sin consultarte lo más mínimo, y tú lo has aceptado por el simple hecho de pagar el recibo.

Por lo que no dejes en tu cabeza ninguna duda demasiado tiempo ya que dará igual que tu mediador de seguros te quiera ayudar, si tú antes no has puesto de tu parte y le has comentado tus preocupaciones. Él sabrá de seguros y de las situaciones que se dan con más frecuencia, y eso ya es una gran avance ya que te servirá para empezar, pero no puede conocer qué pasa de las puertas de tu casa o negocio para adentro si tú antes no se lo cuentas. Cada persona, cada empresa, cada cliente es un mundo distinto.

¿Vas a seguir dejando esa consulta sobre tus seguros para mañana?